Las empresas acuicultoras se enfrentan ante el constante reto que supone contar de manera exacta el número de peces que existe por jaula flotante debido a la falta de métodos confiables de conteo. Esto genera uno de los principales problemas en la acuicultura: la sobrealimentación de los peces enjaulados, causando importantes consecuencias económicas y medioambientales.

Lucentia Lab ha desarrollado una aplicación que consigue predecir el número de peces que existen.  “Se trata del primer dispositivo de estas características que va a existir en el mundo y va a suponer una revolución para la industria”, asegura Santiago Colomo, responsable de desarrollo de negocio de Lucentia Lab.

Están contentos los peces de piscifactoría?
Imagen: GETTY

El no poder estimar la cantidad exacta de alimento que necesitan los peces en las piscifactorías produce un alto coste económico para las empresas acuicultoras. Además, el impacto medioambiental causado es preocupante ya que el alimento desperdiciado se deposita en el fondo marino generando la propagación de bacterias que pueden enfermar a los peces. Sumado a esto, de toneladas a decenas de toneladas de peces salvajes se acumulan alrededor de las piscifactorías atraídos por los excedentes de pienso. Estos peces se acercan de manera violenta y estresan a los peces que se encuentran en las jaulas, en muchas ocasiones causándoles la muerte y produciendo aún más materia orgánica producto de los cadáveres de los peces que producen aún más contaminación y bacterias.

El reto de cuantificar el número de peces por jaula nace debido a la complejidad del entorno y la naturaleza de los peces. En las piscifactorías hay 250 mil peces en una profundidad de campo de 15 metros. Tal cantidad de peces crea una mancha visible pero muy compleja debido a su profundidad y a la abundancia de peces.

Actualmente, la mayoría de las piscifactorías usan un sónar para medir esta mancha y así contar el número de peces por jaula. El sónar calcula los centímetros cúbicos de la mancha y, a partir de ese dato, los acuicultores calculan la cantidad de pescado que tienen que alimentar. Este método es problemático ya que esa cantidad calculada no es totalmente verídica debido a la incapacidad de análisis de una mancha tan compleja.

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Imagen: © Innovasea

Otro de los métodos más populares de conteo es el manual, sin embargo, requiere mucho tiempo, mano de obra muy especializada y un gran coste económico. Existen más métodos que permiten estimar el número de peces, como la técnica de integración de eco, pero la mayor parte de la investigación en este campo se realiza en mar abierto y los peces dentro de una jaula se comportan de manera diferente con el tiempo, ya que su patrón de movilidad depende en gran medida de la luz solar y las corrientes de agua.

La precisión de la integración del eco depende también de la capacidad del transductor para capturar la distribución de peces en una jaula. Por lo tanto, el conocimiento de cómo se comportan y se mueven los peces en una jaula en un momento determinado es importante para una estimación precisa. Otro problema en la estimación acústica de la abundancia de peces es el efecto de sombra que puede afectar gravemente los resultados del conteo de peces cuando se encuentran concentraciones densas de peces. 

Ante este gran problema la tecnología juega un papel disruptivo. La empresa alicantina Lucentia Lab ha desarrollado una aplicación que consigue predecir el número de peces que existen.  “Se trata del primer dispositivo de estas características que va a existir en el mundo y va a suponer una revolución para la industria”, asegura Santiago Colomo, responsable de desarrollo de negocio de Lucentia Lab.

Bioscanner es el nombre que se ha dado a esta aplicación que todavía está en fase de pruebas y que se compondrá de una pieza de robótica, un dron submarino, que tomará imágenes subacuáticas de las jaulas donde se encuentran los peces para después ser procesadas con tecnologías de aprendizaje automático y con inteligencia artificial. A través de docenas de miles de fotos fijas consiguen predecir los peces que existen, aumentando la precisión conforme más peces haya y mayor oclusión exista.

La aplicación de este nuevo sistema de gestión supondrá también una mejora de las condiciones de cría de los peces, lo que puede dar paso a la creación, por ejemplo, de una certificación de bienestar animal tal y como existen en otras especies, cuenta Santiago Colomo.

Otro proyecto que también emplea la Inteligencia Artificial para reducir las pérdidas productivas de las piscifactorías es KOA Biotech, una spin-off de la Universidad Pompeu Fabra iniciada por un grupo de doctores en Biología, que mediante la monitorización en tiempo real de patógenos infecciosos, consigue impulsar una producción estable, segura y libre de químicos 

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