El reciente movimiento de ASML, que ha invertido 1.300 millones de euros en la startup francesa de IA Mistral, ha generado expectativas en torno a la capacidad de Europa para reforzar su soberanía tecnológica. Sin embargo, el contraste con los movimientos en Estados Unidos sigue siendo evidente: mientras Google adquirió la firma de ciberseguridad Wizpor 32.000 millones de dólares y Amazon invirtió 4.000 millones en Anthropic, la operación europea parece modesta en comparación.

El informe Draghi (2024) ya alertaba de esta brecha: el crecimiento de la productividad de la UE se ha visto lastrado por no aprovechar la primera revolución digital, y hoy los gigantes estadounidenses —Apple, Google, Microsoft, Amazon, Meta, Tesla y Nvidia— concentran un peso económico superior al PIB de países europeos medianos.

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Obstáculos estructurales en Europa

Expertos del sector apuntan a varios factores que dificultan el surgimiento de grandes tecnológicas europeas:

  • Fragmentación del mercado y sobrerregulación. Andrés Pedreño, catedrático de Economía, subraya que Europa es un mercado “de dimensiones extraordinarias, pero fragmentado”, lo que obliga a las startups a adaptarse a marcos normativos distintos en cada país. Esta complejidad hace que muchas compañías, una vez alcanzan escala, se trasladen a EE.UU. para crecer en un mercado unificado.
  • Acceso limitado al capital. Para Carme Artigas, ex secretaria de Estado de Digitalización e IA, el gran cuello de botella es la financiación: “Creamos las empresas y cuando necesitan 100 millones de euros para escalar, no lo encuentran en Europa. Entonces llegan los fondos estadounidenses y se las llevan allí”.
  • Burocracia y contratación pública. Roeland Delrue, cofundador de la startup belga Aikido, denuncia que las licitaciones europeas favorecen a grandes consultoras y dificultan la participación de startups. Además, la carga administrativa y fiscal complica operar en distintos países, frente a la agilidad del ecosistema estadounidense.
  • Brecha de inversión. Cecilia Bonefeld-Dahl, directora general de DigitalEurope, advierte que la ausencia de un mercado único de capitales y la fragmentación financiera frenan la competitividad. Sin embargo, insiste en que “la batalla no está perdida”, y reclama más inversión para impulsar tecnologías críticas como la IA avanzada, la computación cuántica o la biotecnología.

Un reto estratégico

La pregunta central sigue abierta: ¿puede Europa crear sus propios gigantes tecnológicos en la era de la inteligencia artificial? Los movimientos como el de ASML y Mistral apuntan a una voluntad estratégica de reducir dependencias, pero sin un ecosistema cohesionado de mercado, capital e innovación, el continente corre el riesgo de seguir siendo un actor secundario en la carrera global.

📌 Fuente: Carlos del Castillo, elDiario.es (21/09/2025). «Las siete magníficas, cada vez más lejos: por qué Europa no es capaz de formar gigantes tecnológicos».

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