La inteligencia artificial (IA) no es solo una tecnología disruptiva; es una revolución que está transformando todas las dimensiones de la sociedad y la economía. Andrés Pedreño, economista, ex-rector de la Universidad de Alicante y figura destacada en el ámbito de la investigación tecnológica, aporta en esta entrevista publicada en el semanario El Temps una visión crítica y ambiciosa sobre cómo Europa está afrontando (o no) los desafíos de la IA. Desde su experiencia como investigador, autor y emprendedor en proyectos tecnológicos, Pedreño analiza las oportunidades y amenazas que enfrenta nuestro continente.

https://www.eltemps.cat/article/61513/andres-pedreno-amb-la-ia-hi-ha-una-por-cultural-que-ens-porta-a-una-actitud-equivocada

Una actitud cultural que frena el progreso

Para Pedreño, Europa vive atrapada en una «cultura de la cautela» que limita su capacidad de aprovechar la IA. Si bien reconoce la importancia de regular y mitigar riesgos, advierte que enfocarse exclusivamente en los peligros deja al continente vulnerable frente a gigantes tecnológicos como Estados Unidos y China.

«Imagínemos que, al descubrir el fuego, los humanos solo se hubieran preocupado por los riesgos. Claro que hay peligros, pero aprendemos a controlarlos usándolos. Con la IA ocurre lo mismo: si no la trabajamos, no aprendemos», afirma Pedreño.

Mientras Estados Unidos y China han generado ecosistemas tecnológicos que han dado lugar a empresas como Google, Apple o Alibaba, Europa carece de gigantes comparables. Esto, según Pedreño, es consecuencia de una política de bloque que prioriza la regulación por encima de la innovación.


Europa: entre la regulación y la inacción

La crítica de Pedreño a la política tecnológica europea es contundente. Destaca que el «efecto Bruselas» y la obsesión por catalogar riesgos han dejado al continente atrapado en una burocracia que dificulta la creación de un mercado único digital. Esto, según Pedreño, está frenando la competitividad y exacerbando las vulnerabilidades económicas de Europa frente a las potencias tecnológicas.

«El mercado único no existe. Si una empresa que opera en Galicia tiene que cumplir normativas europeas, nacionales y regionales, y luego distintas regulaciones al operar en Italia, es imposible crecer. Europa necesita mercados amplios y reglas claras para competir a nivel global.»

Un ejemplo claro es el contraste con China, que ha convertido la IA en un pilar estratégico para lograr hegemonía económica y militar. «En tan solo unas décadas, China pasó de ser una economía comunista a liderar tecnologías avanzadas. Mientras tanto, Europa sigue atrapada en discursos humanistas que, aunque importantes, no generan los ecosistemas necesarios para liderar en IA.»


La importancia de una economía tecnológica sólida

Según Pedreño, una economía fuerte y tecnológicamente avanzada es la base de cualquier sociedad del bienestar. Sin una economía sólida, es imposible financiar una educación de calidad, garantizar derechos avanzados o mantener una defensa eficiente.

«Europa necesita un cambio profundo en su modelo productivo. Nuestros jóvenes están preparados, pero no les ofrecemos oportunidades en un ecosistema tecnológico robusto. Tenemos talento, pero carecemos de las empresas que lo retengan y potencien.»

En este sentido, destaca que el problema no es exclusivo del sur de Europa, sino de todo el continente. «En los 250.000 metros cuadrados de Cupertino, en California, Apple genera tres veces el PIB de España. Ni España ni Europa pueden comprar Apple, y eso refleja nuestra debilidad estructural.»


IA: una herramienta para transformar sectores clave

Pedreño enfatiza que la IA no solo es clave para la competitividad económica, sino también para abordar grandes desafíos sociales. Destaca aplicaciones como:

  • Educación personalizada: La IA puede revolucionar la manera en que aprendemos, adaptando contenidos a las necesidades individuales.
  • Medicina de precisión: La IA permite desarrollar fármacos personalizados y optimizar tratamientos para enfermedades complejas.
  • Cambio climático: Tecnologías avanzadas pueden contribuir a mitigar los efectos del cambio climático mediante soluciones más eficientes.

En sectores tradicionales como el turismo, Pedreño señala que las tecnologías digitales permiten optimizar recursos y gestionar mejor las ciudades. Por ejemplo, mediante el análisis de datos de movilidad, es posible anticipar necesidades y adaptar servicios a los turistas, transformando la experiencia y reduciendo impactos negativos.


Educación y colaboración público-privada: claves para el futuro

Una de las propuestas más urgentes de Pedreño es duplicar la inversión en educación y fomentar la colaboración entre el sector público y el privado. «Singapur ha demostrado que la apuesta por la educación y el talento puede transformar un país. Europa tiene que aprender de estos ejemplos.»

En particular, aboga por hibridar disciplinas tradicionales con tecnologías emergentes. «Los médicos del futuro deben conocer robótica, IA y análisis de datos. Los ingenieros deben comprender las implicaciones éticas y sociales de sus creaciones. La formación del siglo XXI debe ser interdisciplinaria.»


El futuro de Europa: optimismo con condiciones

Aunque las reflexiones de Pedreño pueden parecer pesimistas, su mensaje está lleno de esperanza: «Europa tiene una última oportunidad para reinventarse. Debemos superar el proteccionismo y la burocracia, aprovechar nuestros valores y construir una economía moderna, transparente y sostenible.»

El cambio no será fácil, pero es imprescindible. En palabras de Pedreño: «Si nos quedamos rezagados en la revolución tecnológica, no solo perderemos competitividad; también pondremos en riesgo nuestra forma de vida. Pero si aprovechamos esta oportunidad, Europa puede liderar un futuro más humano, ético y tecnológico.»

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