¿Alguna vez se ha atrevido a decir «verdades» incómodas? ¿A plantear hechos sabiendo que van a ser criticados o incluso usados en su contra por quienes no comulgan con sus ideas? Aunque ahora tenga este libro en sus manos, nosotros los autores hemos dudado hasta el último momento de llevarlo a imprenta. Solo la mezcla de humildad que otorga un trabajo pensado y madurado durante años, y la osadía de quien ve que el bienestar de las generaciones venideras depende de un notable cambio de rumbo, nos ha llevado a plantear esta propuesta que esperamos sea provocadora.
Así empieza este libro escrito por Luis Moreno y Andrés Pedreño con prólogo de José Carlos Díez que plantea que Europa se está convirtiendo en una economía cada vez más secundaria y dependiente tecnológicamente, mientras China y Estados Unidos impulsan su riqueza presente y sobre todo futura a lomos de la Inteligencia Artificial (IA) y otras grandes tecnologías disruptivas.
En opinión de los autores «aquellos países que no tienen un posicionamiento en Inteligencia Artificial están llamados a «crecer mucho menos, perder competitividad y destruir empleos«. China, Japón, Estados Unidos e, incluso otros más pequeños, como Israel y Reino Unido, tienen un mejor posicionamiento estratégico en este campo como para crear nuevos empleos del futuro, que generen salarios más altos y puestos de trabajo más estables.
Durante dos años 450 páginas Luis Moreno Izquierdo y Andrés Pedreño abordan:
- Por qué debemos de hablar mucho más de disrupción que de transformación digital.
- Por qué la regulación digital europea es muy ineficiente.
- Por qué las startups europeas no escalan en comparación con las estadounidenses o las chinas.
- Por qué es deficiente la apuesta por el talento: atracción retención o desarrollo.
- Por qué el gasto de I+D europeo es en buena medida ineficiente.
- Por qué necesitamos comprender los nuevos fundamentos económicos de la economía digital
- Por qué una ambiciosa apuesta por la Inteligencia Artificial es clave para el futuro de Europa.
- Por qué el envejecimiento poblacional europeo y las elevadísimas tasas de desempleo juvenil de países como los del sur de Europa dinamitan el futuro de nuestras economías.
- Por qué los ecosistemas digitales europeos son tan débiles.
- Por qué el COVID-19 profundizará en nuestra vulnerabilidad.
Algunos extractos del libro:
La brecha digital europea está camuflada bajo la globalidad de un mercado tecnológico que nos permite beneficiarnos de la disrupción generada primero en Estados Unidos por las Google, Apple, Facebook o Airbnb, y posteriormente por las asiáticas Xiaomi, Huawei, Tencent o Alibaba Group. Pero nuestra dependencia tecnológica, y sobre todo la falta de inversión en innovación y ciencia, dificultan que nuestros gobiernos y empresas puedan responder a cisnes negros, como lo ha sido la pandemia que padecemos, con eficiencia, flexibilidad y solvencia.
El viejo continente sigue mirando a su pasado industrial glorioso, embelesado por sus automóviles, su turismo, su construcción, sus empresas textiles. Y como resultado, su inversión en I+D, además de ser insuficiente, no se enfoca a las tecnologías disruptivas, como demuestran por ejemplo la evolución de sus patentes de productos digitales en las últimas décadas.
Es lo que en economía de la innovación se conoce como Ley de Cardwell (Cardwell, 1972; Mokyr, 1994): un retraso provocado por no aceptar que los tiempos cambian, que la destrucción creativa de Schumpeter es una ola que nadie puede detener. Tampoco la vetusta Europa
En el libro se plantea también la apuesta por un cambio de modelo pasando de un enfoque top down basado en tomar las decisiones de inversión partiendo de las variables más globales para ir descendiendo de forma progresiva hasta las más específicas a una metodología bottom up que empieza por los detalles, dando solución a los problemas más pequeños de forma que conjuntamente van dando soluciones a otros problemas mayores, para de esta forma ir construyendo la Europa digital desde lo local
Los ecosistemas digitales mediterráneos han mostrado estrategias y resultados muy distintos, en función de si estaban siendo impulsados por las Administraciones o por las propias empresas. Para entender mejor estas diferencias resulta interesante apoyarnos en los enfoques para el proceso de desarrollo de software top-down (de arriba a abajo, es decir, impulsado por las Administraciones) y bottom-up (de abajo a arriba, o impulsado por el tejido productivo, principalmente pequeñas empresas). Dos metodologías, por otro lado, que no son contrapuestas, y que incluso es recomendable su combinación para impulsar con total éxito los ecosistemas digitales.
Sin duda una obra imprescindible para entender los muchos motivos del retraso digital europeo, cómo nos afectan a nivel competitivo, en nuestro bienestar y hasta en nuestra salud, y qué soluciones debemos aplicar porque de no hacerlo, y ante el avance implacable de las nuevas olas tecnológicas, Europa se encontrará cada día con una mayor brecha respecto a China y Estados Unidos en los indicadores que determinan nuestro bienestar, como creación de empresas, empleo, riqueza, deuda pública,…).