La isla alicantina de Tabarca en The New York Times. El prestigioso diario neoyorquino hace un interesante repaso sobre Tabarca
– Tabarca, los piratas y las Torres de la Huerta (como Torre Juana) están estrechamente entrelazadas en la historia.
NYT destaca que «no hay propiedades para comprar en «Nueva Tabarca», y la poca cobertura de telefonía celular e internet quizás sean uno de sus atractivos».. en unos de los pocos espacios en España que han estado libres de COVID. El extenso artículo /reportaje recoge un gran número de testimonios de habitantes de la Isla, sus casas y su estilo de vida. También aspectos históricos.
La publicación no es nueva (mediados de 2021) pero esta pieza periodística atemporal, al leerla produce la sensación de que este tesoro alicantino está poco «descubierto».
Tabarca forma parte del conjunto geográfico que explica la historia de las Torres de la Huerta de Alicante, su sistema defensivo ante las recurrentes incursiones piratas y por tanto, de Torre Juana.
Resaltamos algunos párrafos del artículo sobre Tabarca de The New York Times:
«Cuando hace mal tiempo, los residentes pueden quedarse atrapados allí durante días. Pero a cambio, están libres de multitudes y turistas ruidosos la mayor parte del año».
…los residentes ponen sus mesas para cenar al aire libre en las noches de verano. No hay coches en la isla y las aguas cristalinas que la rodean están protegidas como reserva marina».
«Las propiedades aquí son difíciles de conseguir. Aunque algunas aparecen de vez en cuando en los sitios web de bienes raíces, y algunos letreros de «se vende» cuelgan de los balcones, la mayoría de las casas se venden de boca en boca. “Los isleños se quedan con las propiedades entre ellos”,
The New York Times
«La mayoría son descendientes de pescadores italianos que fueron capturados y vendidos como esclavos en la costa del norte de África en el siglo XVIII antes de ser liberados y traídos aquí por el rey Carlos III de España.
The New York Times
En aquella época, el Mediterráneo era un mar de piratas merodeadores, según cuenta José Miguel Santacreu Soler, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alicante. Los piratas se escondieron en las calas de Nueva Tabarca y saquearon la costa española.
Se apostaron soldados en la isla para disuadirlos, y se necesitaba una población civil para suministrarles alimentos. Carlos III hizo construir casas para los colonos italianos con piedras de la cantera local.
En su apogeo, en Nueva Tabarca vivían unas 400 personas, según la doctora Santacreu Soler. Había escuelas, panaderías, una finca y un cementerio, que está lleno de lápidas con la misma media docenas de apellidos italianos: Barroso, Bautista, Chacopino, Luchoro, Manzanaro y Parodi».
«La isla está libre de automóviles y las aguas circundantes están protegidas como reserva marina.
The New York Times
Aislada del continente durante casi tres meses durante la cuarentena nacional el año pasado, la isla no tuvo muertes por covid a pesar de su población anciana. No se permitía atracar en el puerto a los barcos, excepto a los que prestaban servicios esenciales y traían alimentos.
… la población oscila entre nueve residentes durante las semanas más frías del invierno y unos 4.000 en plena temporada turística, cuando se saca de la iglesia una estatua de la Virgen María y se coloca en un barco que navega alrededor de la isla con una procesión de turistas y residentes a su paso».
Fuente imágenes: The New York Times
Sobre Tabarca
https://es.wikipedia.org/wiki/Isla_de_Tabarca (Tabarca en Wikipedia)