En un artículo artículo de Daniel Crespo, rector de la Universitat Politécnica de Catalunya, y Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center, defienden la creación de una gran empresa europea de inteligencia artificial, al estilo de Airbus, para competir a nivel global. Desde Torre Juana OST, aunque nos sumamos al fondo de esta petición, también es necesario subrayar algunos aspectos críticos.
Los 10 puntos clave de esta propuesta de M. Valero y D. Crespo:
- Contexto histórico de Airbus: Inspirándose en la historia de Airbus, que se estableció como respuesta a la dominación de Boeing y McDonnell Douglas en la industria aeronáutica, la propuesta sugiere una estrategia similar para la inteligencia artificial en Europa.
- Similitud con el proyecto Galileo: Al igual que con el sistema de posicionamiento global Galileo, que fue desarrollado como respuesta al GPS estadounidense, Europa necesita una iniciativa propia en IA para no depender exclusivamente de tecnologías extranjeras.
- Déficit tecnológico actual: Europa se enfrenta a un importante retraso en áreas clave como el hardware y el software necesarios para el desarrollo de IA, con una dependencia crítica de procesadores y chips de empresas como Nvidia, AMD e Intel.
- Control de Datos: Los datos europeos son esenciales para el entrenamiento de sistemas de IA, pero actualmente muchos están controlados por las grandes tecnológicas estadounidenses (GAFAM), lo que limita el desarrollo independiente en Europa.
- Iniciativa Chip.act: A través de la iniciativa Chip.act, Europa ha comenzado a enfocarse en el desarrollo de nuevos chips, pero esto no es suficiente para competir globalmente en el ámbito de la IA.
- Propuesta de AIbus: Se propone crear una empresa europea de IA que ofrezca servicios integrales similares a los de las GAFAM, incluyendo buscadores de internet, suites ofimáticas, almacenamiento en la nube y otros servicios de IA.
- Colaboración internacional y tecnología libre: La propuesta enfatiza la importancia de la colaboración internacional y el desarrollo de tecnología libre, siguiendo el modelo de hardware abierto como el RISC V para la fabricación de chips.
- Aspectos regulatorios y éticos: La empresa AIbus operaría bajo las estrictas regulaciones europeas sobre IA, ofreciendo una ventaja competitiva como opción preferida para cumplir con la legislación europea.
- Recursos y apoyo gubernamental: La creación de AIbus requeriría un compromiso significativo de recursos financieros y políticos por parte de la Comisión Europea y los gobiernos europeos, quizás ajustando la regulación sobre la competencia.
- Visión a largo plazo: A pesar de los desafíos y riesgos, se plantea la necesidad de pensar a largo plazo, proyectando hacia el 2070, para establecer compañías tecnológicas europeas que puedan competir globalmente.
Algunos comentarios a la propuesta (*)
Las propuestas de Daniel Crespo y Mateo Valero sobre la creación de una «AIbus» europea, que pretende emular el éxito de Airbus en la industria aeronáutica, plantea varios puntos de contraargumentación que cuestionan la viabilidad y la perspectiva de esta propuesta. :
- Historia de la aeronáutica en Europa: A diferencia de lo que sugieren Crespo y Valero, la industria aeronáutica europea ya era robusta y diversificada antes de Airbus, con empresas como Marcel Dassault en Francia y Messerschmitt-Bölkow-Blohm en Alemania. Estas compañías ya competían a nivel internacional, lo que indica que el paralelismo con la situación actual de la IA en Europa puede no ser completamente adecuado.
- Visión a largo plazo y competencia global: Focalizarse en el año 2070 puede parecer una estrategia demasiado distante y pasiva, especialmente considerando que la tecnología y la IA evolucionan a un ritmo muy acelerado. Las compañías líderes como Facebook (Meta) y Apple no están esperando, sino que están activamente ampliando su dominio, lo cual podría dejar a Europa aún más rezagada si no actúa con urgencia.
- Rol del sector público y privado: En Estados Unidos y Reino Unido, es el sector privado, y no el público, el que lidera la innovación en IA. Este dinamismo contrasta con la burocracia del sector público europeo, lo que puede desmotivar la innovación. Aunque la financiación pública es crucial, es el sector privado el que podría proporcionar la agilidad y rentabilidad necesarias para competir globalmente.
- Distribución y retención del talento: Contrariamente a la idea de que el talento se concentra alrededor de las GAFAM, existe una competencia intensa y constante por el talento en el sector tecnológico, con muchas startups y empresas menores que continúan innovando y desafiando a los gigantes establecidos.
- Colaboración académica y desarrollo de modelos propios: Las universidades europeas podrían colaborar más estrechamente para desarrollar modelos de IA propios, comenzando con proyectos de afinamiento de modelos existentes y avanzando hacia el desarrollo de nuevos sistemas. Este enfoque colaborativo podría replicar el éxito de consorcios académicos en otros campos.
- Innovación incremental vs. disruptiva: La propuesta «de AIbus» sugiere un enfoque monumental y unificado, que podría no ser tan eficaz en un campo tan ágil y cambiante como la IA. La innovación a menudo surge de múltiples fuentes pequeñas y ágiles en lugar de un gigante monolítico. Más open source…
- Financiación y rentabilidad: Las inversiones masivas requeridas para una empresa como AIbus podrían no ser rentables a corto o medio plazo, lo cual es una consideración crítica en un entorno económico que valora los retornos rápidos sobre la inversión.
- Adaptación regulatoria: Mientras que regular la IA es importante, Europa debe cuidar de no sobrerregular al punto de sofocar la innovación, un riesgo que no se aborda suficientemente en la propuesta de Crespo y Valero.
- Impacto de las tecnologías emergentes: Las tecnologías relacionadas con la IA, como el aprendizaje profundo y las redes neuronales, evolucionan rápidamente, requiriendo un enfoque adaptable y flexible que puede estar en desacuerdo con la estructura más rígida de una gran empresa burocrática. Amén de un futuro maridaje entre IA y cuántica. Para 2.070 podríamos tener un gran jurásico tecnológico europeo.
- Cooperación Internacional: Además de fortalecer la capacidad interna, Europa debería buscar formas de colaborar más eficazmente con entidades fuera de sus fronteras, aprovechando los avances globales y compartiendo conocimientos para impulsar su propia competitividad.
En definitiva, una respuesta europea efectiva a los desafíos de la IA requiere un enfoque más dinámico y diversificado que simplemente replicar el modelo de Airbus. La adaptación rápida, la inversión inteligente, y la colaboración ágil son cruciales para competir en el rápido y cambiante campo de la inteligencia artificial.
(*) Consejo de IA de nuestro «campus» tecnológico